«Nuestro culto a la muerte es culto a la vida, del mismo modo que el amor que es hambre de vida es anhelo de muerte».
Octavio Paz
Una de las festividades más típicas en México es el día de muertos, esa fecha en que, según las creencias, las personas que han dejado este plano terrenal visitan a sus familias, se les rinde culto con ofrendas y altares que integran distintos elementos según la persona a la cual está dedicada; a continuación un poco más de historia sobre el día de muertos.
HISTORIA DE LA FESTIVIDAD
El origen de esta celebración se remonta a la época prehispánica, debido a que la muerte era un elemento fundamental en dichas culturas, de tal forma que la muerte no solo era para ellos ausencia de vida, sino que también se representaba en un altar que era ofrecido a los visitantes.
Una de las culturas prehispánicas más hegemónicas eran los mexicas, quienes tenían diversas fechas a lo largo de año para conmemorar a sus difuntos, los más relevantes eran entre septiembre y noviembre, justo al terminar las cosechas; es así que, dicha cultura consideraba que había algo más después de morir y por ello, consideraban que había cuatro destinos posibles, según la forma en que terminara la vida terrenal:
Tonatiuhichan o “casa del sol”: aquí llegaban los guerreros que morían en las batallas, quienes eran capturados para sacrificarlos y las mujeres embarazadas.
Tlalocan: un paraíso que habitaban quienes morían en el agua.
Chichihualcuauhco: aquí llegaban los bebés fallecidos, quienes eran amamantados por un árbol nodriza hasta su reencarnación.
Mictlán: el llamado reino de los muertos y destino final de las personas que fallecían por cualquier otra causa, siendo este, el lugar en donde descansaban la mayor parte de los difuntos.
Sin embargo, para poder arribar al Mictlán, era necesario pasar por distintos niveles del inframundo, los cuales Bernardino de Sahagún explica de la siguiente manera: Cruzar el río Apanoayan, atravesar sin ropa en el Tepétl Monanamicyan, lugar en el chocan dos cerros, enfrentarse a una culebra, pasar el Iztepétl o cerro de navajas, recorrer ocho cimas de cerros en las que cae nieve (Cehuecayan), pasar ocho caminos en Itzehecayan, en donde el viento corta como navaja, caminar sobre el canal de aguas negras Apanhuiayo, en donde habita una lagartija llamada Xochitonal, cruzar el Chiconahuapan, con la ayuda de un perro xoloitzcuintle y finalmente, llegar al Itzmitlanapochcalocan, el recinto donde moran los dioses de la muerte.
Además, tomando en cuenta el sincretismo reflejado en esta celebración (como se realiza en la actualidad), pues si bien la mayor parte de sus elementos son provenientes de las culturas prehispánicas, también la festividad se adaptó al calendario cristiano después de la llegada de los españoles al territorio mexicano.
CUÁNDO SE CELEBRA
Las fechas en las cuales se celebra dicha festividad se debe a dos factores principalmente: los días en que las culturas prehispánicas lo celebraban y la coincidencia que notaron los evangelizadores con el día de Todos los Santos, el cual dedicaban a recordar a los santos que murieron en nombre de Cristo, misma que inició en Europa en el siglo XIII, así como con la fiesta de los Fieles Difuntos, la cual se celebraba un día después de la anterior y fue a partir del siglo XIV cuando la iglesia católica incluyó esta festividad para recordar a las personas fallecidas por pandemias como la peste negra.
De tal forma que, actualmente Día de Muertos en México se conmemora los días 1ero y dos de noviembre, dividiéndolo de la siguiente manera: el primer día es de Todos los Santos y es el día dedicado a los pequeños muertos o a los niños que fallecieron a corta edad, mientras que el segundo día es de los Fieles Difuntos y hace referencia a todas las demás personas que han muerto.
DISTINTAS FORMAS DE CELEBRACIÓN
En cada estado de la República Mexicana se suele festejar de diferente manera el Día de Muertos, hay algunos muy peculiares y característicos que vale la pena visitar, a continuación te contamos algunos:
Ciudad de México: la capital del país tiene distintas actividades para conmemorar el día de muertos, entre ellas el festival de calaveras, noche de muertos en bicicleta, una ofrenda monumental en Ciudad Universitaria, mega procesión de catrinas y el día de muertos en Mixquic.
En el Estado de México se realiza un Festival de Noche de Muertos en Tepotzotlán, así como un Festival Cultural de Día de Muertos en Metepec, el Festival de Almas en Valle de Bravo, la Feria y Festival Cultural de Alfeñique en Toluca y la Cumbre de Catrinas en Teotihuacan.
Uno de los estados con mayor aporte cultural al país es Guanajuato y en esta festividad no es la excepción, pues en San Miguel de Allende se realiza el Festival de la Calaca, en León Desfile de Catrinas, Festival de la Muerte y Feria del Alfeñique, así como Luminarias en el mismo municipio y la típica ofrenda monumental en la Universidad de Guanajuato.
Michoacán es conocido por sus grandes festividades en esta fecha, es así que tiene un Festival Cultural de la Muerte en la capital del estado, Noche de Muertos en Pátzcuaro y Festival de Velas en Uruapan.
Puebla no se queda atrás y ofrece un Festival de Luz y Vida en Chignahuapan, Desfile de día de Muertos en Atlixco, Desfile de Catrinas en Tehuacán, Festival de Catrinas en Cholula y Ofrenda de día de Muertos en Huaquechula.
San Luis Potosí, en la región Huasteca de este estado la festividad de día de muertos se denomina Xantolo y es una de las más grandes para los habitantes de la región.
Por último, pero no por ello menos importante está Veracruz, en donde hay un Festival de Mictlán en Xalapa, Xantolo en la Huasteca, La Cantada en Naolinco y el Festival Internacional de Globos de Papel China en Zozocolco.
ALTARES
Es así que, cuando alguien fallecía, lo enterraban envuelto en un petate y sus familiares hacían todo un ritual para guiarlo en su camino, también le colocaban comida que le gustara durante su vida, esto con la creencia de que el fallecido podría tener hambre, así nacieron lo que ahora se conoce como altares de muertos, los cuales, dependiendo del lugar pueden tener distintos elementos, pero en general la estructura es la siguiente:
Agua como un reflejo de pureza y para ayudar a mitigar la sed de los visitantes, así como fortalecer su regreso.
Copal e incienso se cree que el olor de ambos elementos limpia el ambiente; además de ahuyentar a los espíritus malos.
Flores: el cempasúchil es la tradicional de dicha festividad y se considera una guía de las almas hacia el hogar de quienes las esperan, esto por su llamativo color, suele acompañarse con alhelí y nube, éstas representan acompañamiento a las almas jóvenes.
Veladoras y cirios: en algunos sitios, cada veladora representa a una persona difunta, representan guía y esperanza en todos los mundos.
El arco representa la puerta que abren los visitantes desde el mundo de los difuntos hacia el mundo de los vivos, peculiarmente se adorna con flores y algo de fruta.
Cruz, este elemento es propio del sincretismo posterior a la conquista por los españoles y puede estar hecha con diferentes materiales
Pan, este pan exclusivo y tradicional de la época es una mezcla entre el cristianismo y la tradición indígena; además, el círculo en la parte superior del pan es la representación de un cráneo y las tiras a los lados asemejan huesos.
Fotografías de los difuntos: es la forma más fiel de representar a la persona o personas que se dedica la ofrenda.
Comida y bebidas especialmente los que eran del gusto de las personas a las cuales se dedica el altar, pues según la tradición, los visitantes se alimentan con lo que hay en la ofrenda.
Sal, según la tradición, la sal ayuda a que los espíritus que visitan los altares se desvíen en el camino desde el más allá.
Calaveritas de azúcar como un recordatorio de la muerte siempre presente.
Papel picado en diferentes colores como naranja, morado, azul, rojo, blanco y negro; tradicionalmente y cada uno de ellos reprenseta algo distinto.
Además de los elementos antes mencionados, los altares de muerto suelen organizarse en diferentes niveles y cada uno tiene significados diferentes:
Dos niveles: en este altar se representa el cielo y la tierra, respectivamente arriba y abajo.
Tres niveles: añadiendo un nivel al altar de dos niveles, este incorpora el inframundo, pero según la religión católica el nivel intermedio podría ser el purgatorio o cada nivel representaría los integrantes de la Santísima Trinidad.
Siete niveles: es el más tradicional en todo México y se relaciona con la cosmovisión indígena y cada uno de ellos son los niveles que las almas tienen que pasar hasta llegar al Mictlán o cualquiera de los siete destinos a los cuales podían llegar las personas que fallecían.
Finalmente, es importante recordar que en 2008, la la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró el Día de Muertos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, esto debido a su significado e importancia en la sociedad mexicana.
No cabe duda que el día de muertos es una celebración emblemática de México inmersa en la cultura y sociedad; a pesar de que cada región la celebra diferente, nunca pasará desapercibida.
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